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A primera vista puede parecer descabellado, relacionar los huevos de pascua con el Dios Shiva. Pero quien haya visto el Shiva-Lingam en foma de huevo, puede – por lo menos – comprender, que Shiva podría tener algo que ver con los huevos de pascua… Pero dejemos las especulaciones y exploremos un poco. ¿Existen similitudes entre la pascua cristiana y los conceptos del Yoga y de la espiritualidad védica?
El símbolo del huevo de pascua procede de un culto pre-cristiano de fertilidad y es un símbolo de la eterna renovación y resurrección de la vida. Esta perspectiva encaja muy bien con los actos celebrados durante la pascua. La muerte de Jesús en la cruz y su resurrección después de tres días. Este hecho es para el cristianismo el más importante acontecimiento de la historia humana. Dios se hizo hombre y salvó con su muerte en la cruz y la resurrección a todos los seres humanos que creían en Jesús. Pero siempre hubo voces que ponían en duda tal interpretación. ¿Qué pasaba con la gente que vivió antes de Jesús y con aquellos que no creían en Jesús o que tenían otra religión? ¿No debería ser el propio esfuerzo más vinculante para la liberación? En el Sanatana Dharma, la sabiduría védica intemporal, de la que también surgieron los diferentes sistemas del Yoga, se conoce una definición algo diferente para la salvación o liberación. Redención significaba entonces la liberación del ciclo del renacer (moksha), respectivamente la disolución del alma humano con lo divino (Laya), y se trataba de evitar el siguiente nacimiento y no de la resurrección (física) después de la muerte. La existencia después de la muerte nunca fue una cuestión en el hinduismo, convencidos de la inmortalidad del alma individual. En el Sanatana Dharma generalmente se acepta, que para lograr este objetivo es igualmente necesario el propio esfuerzo como la gracia de Dios. De todas formas la gracia de Dios se comprende como un hecho individual y no como un acto universal de piedad para toda la humanidad, tal como fue interpretada la muerte en la cruz. En aquellos tiempos la muerte en la cruz era una manera muy humillante de morir y solo reservada a los delincuentes, así como tal vez hoy la ‘silla eléctrica’. El hijo de Dios muriendo en la cruz era algo inaudito, incomprensible y en ningún caso algo divino. La muerte en la cruz es símbolo por excelencia del sacrificio. La cruz podría representar el símbolo de la existencia mundana que se compone de dos ejes – tiempo y espacio - a los que se crucifica el cuerpo. Y realmente vamos desde nuestro nacimiento encaminados a la muerte… Como ya mencionado, Sanatana Dharma no considera tanto el problema en la muerte, sino en el nacimiento. El enredo en siempre nuevos nacimientos se creó – según los Yoga-Sutras – por la ignorancia que se expresa en la convicción de que el alma es uno con el cuerpo físico. Este malentendido “yo soy (solamente) el cuerpo, conlleva que el ser humano considere que el fin de su cuerpo físico equivale al fin de su propia existencia. En el Bhagavad Gita se explica de la siguiente manera: “el verdadero ser nunca nace y nunca morirá… no-nacido, eterno, inmutable y sin edad, no se mata, si el cuerpo se mata.” ¿Yo soy el cuerpo? La muerte de Jesús en la cruz puede ser para nosotros más que un hecho histórico, que se conmemora también por su inmensa trascendencia. Más también que un hecho religioso, en el que se celebra el sacrificio del hijo de Dios. Puede ser parábola para el camino del desarrollo espiritual de cada persona. El cuerpo crucificado de Jesús representa entonces la suposición del alma, de ser idéntico con el cuerpo físico, que en principio solamente es envoltura, un vestido o una herramienta. Desde este concepto erróneo nace el egoísmo. Con la muerte del Ego se rasga el velo de la ignorancia y el verdadero Ser, el verdadero Yo se vuelve otra vez consciente de sí mismo. Esto puede ocurrir por ejemplo en una experiencia de Samadhi o Kundalini, en esta misma vida o en el momento de la misma muerte. El hombre que ha realizado lo divino en si mismo expresa esta realización por sí mismo. El misticismo cristiano conocía esta imagen del alma como cristal que el hombre busca limpiar con su disciplina espiritual para que la luz divina pueda brillar por él sin trabas. En la definición “iluminación” suena una imagen similar. Bodhisattvas y Avatares El suceso pascual de la muerte y de la resurrección puede tener dos significados para nosotros. Por un lado es imagen para el desarrollo del alma humana en el camino hacia la perfección espiritual. Por otro lado es un suceso con significado sobrehumano. La muerte en la cruz es un sacrificio para la humanidad y con esto más que un camino personal hacia la perfección. En este sentido uno podría recordar al Bodhisattva de la tradición budista, que renuncia a la entrada en Nirvana para ayudar a los almas ignorantes que están todavía sufriendo. También recuerda al concepto indio del Avatar, es decir, que lo Divino de vez en cuando toma forma, para conservar la honradez y la integridad (Dharma) y para alegrar, proteger a los devotos y recordarles el camino de la enseñanza. Tradicionalmente en la India se consideran a Rama y Krishna como Avatares Purna – como la pura manifestación de lo Divino: entre otros: Sri Ramakrishna, Sri Anandamayi Ma y Ramana Maharshi, así como Gurús contemporáneos, como Sai Baba y Mata Amritananda Mayi Ma. De todos estos Gurús se dice que tenían la perfección espiritual ya antes de nacer. El sentido de su encarnación por lo tanto no era el desarrollo espiritual y personal y el cumplir con el propio Karma, sino únicamente el deseo de ayudar a otras almas. En este sentido la pascua puede ser una evocación en el hecho que Dios no deja sola a la humanidad. Él/ella/ello siempre envía de nuevo a los hijos e hijas de Dios, a santos y avatares, para avivar de nuevo el Fuego del Amor y la sabiduría en los hombres. El verdadero sacrificio La pascua celebra el mayor sacrificio que un hombre puede hacer: dar su vida por los demás, y la salvación que sucede a este hecho. En esto es una imagen para el camino del alma. “Solamente por sacrificios se puede alcanzar la inmortalidad”, según los Upanishaden védicos. De ningún modo es necesario tomarse la magnitud de una crucifixión. El sabio Ramana Maharshi dijo que el único sacrificio que el hombre tendría que hacer, era abandonar la falsa identificación con el cuerpo físico. El verdadero sacrificio ocurre fausto y espontaneo. Mata Amritananda Mayi Ma una vez explicó, que todo aquello era falso lo que no aportara felicidad y alegría duradera. El buscador de Dios antes o después (y siempre de nuevo) tendrá la comprensión, que finalmente solo la realización del puro ser divino aportará paz y felicidad. La verdadera naturaleza del Ser es el amor incondicional, la paz y la felicidad, aquello que el hombre incesablemente busca por todas partes, menos en sí mismo. Todo lo mundano es efímero y no aporta felicidad duradera. Este hecho, para la conciencia mundana puede parecer un gran sacrificio, pero el buscador no siente en ello ninguna pérdida – solo beneficio. Por esto el sacrificio no tiene que significar sufrimiento. Al contrario: el sacrificio puede tornarse en la fuente de la felicidad. Convertir el sufrimiento La crucifixión de Jesús nos recuerda, que el camino contiene sacrificios. Su resurrección nos enseña, que el sufrimiento y la renuncia pueden ser convertidos en alegría. Sin embargo esto no significa que tengamos que caer en lo extremo y buscar activamente el sufrimiento. Ya de por sí la vida nos trae suficiente sufrimiento inevitable. Pero si nos enfrentamos a ello correctamente, favorecemos nuestro crecimiento y la madurez. Sin embargo mucho depende de la actitud justa. Si no queremos aceptar, que las dificultades tengan su sentido y a menudo produzcan lo mejor en nosotros; si nos oponemos con toda la fuerza al sufrimiento y estamos permanentemente quejándonos y lamentando, no puede producirse el crecimiento. Antes de la resurrección está la crucifixión a la que Jesús se enfrenta totalmente consciente y voluntariamente. Incluso tiene la increíble grandeza de perdonar a sus atormentadores y de rezar por ellos. Es esta mezcla de ecuanimidad y amor que transforma el sufrimiento en comprensión. La resurrección del propio Ser Los Yoga-Sutras definen la ecuanimidad y el contentamiento (samtosha) como uno de los requisitos principales del Yoga. El objetivo del Yoga finalmente es superar la ignorancia (avidya). Avidya describe el error de considerar lo perecedero como imperecedero. Pero todo lo material es perecedero. Esta falsa identificación conduce al ciclo de nacimiento y muerte. Solo cuando el hombre se percate de su verdadero Ser, puede ser librado de este ciclo. Esto es la resurrección del verdadero Ser, la victoria sobre la muerte. „¡Cristo ha vencido a la muerte!“, así dice la buena nueva de la pascua. En sanscrito el vencedor de la muerte se llama Mrtyamjaya. Este es a la vez uno de los nombres de Shiva. Con la que volvemos a Shiva-Lingam y los huevos de pascua – símbolo de renovación y fertilidad. En medio de la inagotable fertilidad de la Madre Naturaleza, que siempre de nuevo celebra la resurrección, podemos escuchar dentro de nosotros el mensaje de la pascua: “Tú no eres el cuerpo, tú eres el verdadero Ser, Consciencia, Felicidad! Tú eres Shiva!” (M. Bohn) traducción por J.A. Díaz Cuando el tiempo se detiene...
Conoces el sonido del espacio que te llama desde lejos, como el viento, desde cerca, como la fuerza de tus ramas? Ágil como el agua fluente. Sereno, como el sol naciente. Flamante como el fuego y - así mismo - suave como la aspirada paz en tu mente... Echando raíces profundas y estirándose hacia el cielo superando casi todas las fronteras como un águila, cuyas raíces ancladas están en la atención que lo circunda Cuando el tiempo se detiene y nuestro lazo se extiende uniendo círculos, sueños y elementos se despliega luminosa bondad en los corazones y en las mentes, llevándola hacia los cuatro vientos. Siendo así una rica fuente, sacrificaré, sin vacilar mi propio ser, mis intenciones y placeres para conseguir el bienestar - de todos los seres. (JAD) Los Yoga Sutras están escritos en un lenguaje muy denso y comprimido. Por un lado da la impresión que Patañjali era alguien que ha observado muy bien. Por otro lado los textos del Yoga Sutra dan la impresión como si en los últimos siglos nada hubiese cambiado enla esencia del pensar y del reflexionar.
Por eso que merece la pena fijarse atentamente, cómo Patañjali define aquello que llamamos la “mente”. Para ello utiliza la palabra Citta, textualmente: lo visto, lo observado, lo reconocido. Citta también se define como el campo, en el que percibimos, pensamos, sentimos, nos recordamos de algo, en el que percibimos nuestros sentimientos y en el que somos conscientes de nuestras imágenes interiores. También se define Citta como la fuerza psíquica, que ilumina y ordena las sensaciones externas. También es la instancia en nosotros que me permite saber que soy yo, quien mira, oye, piensa y siente. La definición “mente” muy a menudo se entiende como razón o intelecto. Pero al mismo tiempo perdemos de vista, que también nuestras sensaciones y sentimientos son parte de lo espiritual. Nuestra experiencia de vida como también la investigación del cerebro demuestra que todas las formas de la apariencia están conectadas intensivamente entre sí. Así podemos imaginarnos el Citta también físicamente como una red de células nerviosas en la que se conservan y son activos todos los contenidos mentales. Así se asocia a la razón y al intelecto nuestro ánimo (nuestra conciencia emocional) como también el enorme fondo de nuestros recuerdos, nuestras imágenes interiores, los conceptos a los que permanentemente nos referimos inconscientemente, sin olvidar nuestra intuición (la habilidad de comprender y saber algo más allá de los conceptos y de las palabras). La mente se nos manifiesta por las siguientes cualidades:
Todas las actividades de nuestra mente dependen de cómo fue marcada en su infancia y juventud. Esto comprende la capacidad mental de percibir, sentir, así que, de tener acceso a nuestras emociones, respectivamente a nuestra capacidad intelectual y reflexiva, a nuestros recuerdos y a nuestras imágenes interiores. A esto ya señala claramente el significado de la palabra Citta, como “lo visto, lo observado, lo reconocido.” “Marcar” significa aquí, que algo ha dejado grabado una impresión, condicionada por cómo nuestro cerebro en los primeros días, meses y años de la vida, ha sido usado y activado, respectivamente incentivado, y lo que en aquellos tiempos pudimos ver, observar y reconocer. Con ese trasfondo comprendemos que Citta – la mente – fue estructurada de una manera, que solo puede desarrollar en sí, lo que recibe como información y estructura, y entonces pueda procesar correspondientemente en el cerebro. Día tras día nadamos en la corriente de la vida y, como suele ser, de paso, la mayoría del tiempo no escuchamos al susurro del deseo de nuestro propio corazón. (Jon Kabat-Zinn)
Dos pilares en la práctica y la enseñanza del Yoga son quedarse quieto y la atención consciente. Son importantes porque nos permiten encontrar el acceso a nuestro mundo inconsciente de recuerdos, costumbres, conceptos y rutinas diarias. Con nuestra atención se crea una conciencia subjetiva o emocional, en la que nos observamos a nosotros mismos conscientemente en nuestra experiencia sensorial. Esto nos permite, observarnos a nosotros mismos actuando, sintiendo y pensando. Así se despliega en nuestro interior el campo del “observador interior” – o científicamente expresado – una posición Meta relacionada a la propia experiencia. “Meta” significa estar respaldado y se refiere a que nosotros mismos nos ponemos “detrás” de lo que experimentamos y así nos retiramos del suceso. Esto naturalmente cambia nuestra perspectiva completamente. Yoga nos ofrece en este sentido, además de una filosofía, que desde hace miles de años es siempre de nuevo examinada y aplicada, también una metodología extraordinariamente detallada y variada, que nos ayuda a establecer momentos y experiencias de quietud en nuestro proceso vital y en nuestro día a día. En el detenimiento, en la quietud encontramos poco a poco el acceso a una sensación sensible de presencia y aprendemos, a desarrollar y a mantener un alto grado de atención consciente. Esto en cambio nos permite sentir experiencias psíquicas directamente en el AHORA, nos permite detenerlas, aceptarlas y manejarlas atentamente. Una capacidad que se define como auto-eficacia. acceso a una sensación sensible de presencia y aprendemos, a desarrollar y a mantener un alto grado de atención consciente. Esto en cambio nos permite sentir experiencias psíquicas directamente en el AHORA, nos permite detenerlas, aceptarlas y manejarlas atentamente. Una capacidad que se define como auto-eficacia. Con la naturaleza no se puede negociar
Por primera vez en nuestra existencia nos damos cuenta que hemos cambiado el mundo de forma masiva y nos sorprendemos que la naturaleza, que tanto quisiéramos que fuese “natural”, no es más lo que solía ser. Todo lo que hemos aportado a la naturaleza se ha quedado, como suele ser lógico, porque nada desaparece, todo permanece, y esto conduce por ejemplo al cambio climático. Cargando la atmósfera sistemáticamente con átomos, respectivamente moléculas que absorben la radiación de la tierra y la devuelven, solo una pequeña parte al universo, el resto se queda aquí. Es decir, que nuestro planeta cada día que pasa es más virulento, respectivamente más cálido. Cuando hace más calor, más se evapora. El calentamiento global tiene que ver con los mares que son más cálidos y que absorben menos dióxido de carbono. La temperatura en los Alpes está dos grados (se discute globalmente sobre este límite térmico de dos grados) por encima de la media. En el Polo Norte estamos momentáneamente cinco grados por encima de la media de muchos años. Nunca se han registrado tan altas temperaturas en el Ártico. Una inmensa cantidad de hielo ha desaparecido ya. Observando los glaciales en Groenlandia y en los Alpes, para mencionar solamente dos focos, nos damos cuenta que el cambio climático está pasando por encima de nosotros con un ímpetu asombroso. En Medio Oriente no solamente tenemos conflictos políticos, sino que también una tremenda desaparición de los recursos naturales y no nos damos cuenta del hecho: “lo que se fue, se fue!” No somos conscientes de que los recursos que hemos gastado, que hemos incorporado en nuestra vida industrial, no son tan fácil de recuperar. Lo verdaderamente lamentable es que ya tenemos esta información desde hace mucho tiempo, de una u otra manera. Si nos fijamos: en España se admiten cada año 2 millones de coches nuevos. El 20% son todoterrenos. Siempre pensé que los todoterrenos son para los labradores y los guardabosques…! Pero No! 700.000 m3 de agua se utilizan en España para regar un campo de golf de 18 hoyos durante un año. Es la misma cantidad que utiliza una ciudad mediana por año. Es inimaginable – dado que España tiene un sinfín de recursos de agua…verdad??!! Internet y sus necesidades energéticas emite tanto dióxido de carbono como el tráfico aéreo global. Miremos donde queramos, en todos los espacios tenemos mucha necesidad de actuar. Es pasmoso lo que estamos echando a la atmosfera día y noche. ¿Por qué existe tan poca voluntad política y social de cambiar esto? Hemos firmado las convenciones climáticas eufóricamente. Los ministerios han pasado por encima de las resoluciones y estas se han quedado en una fracción de si mismo. Impresionante que a pesar de tantos científicos que gritan “hay que hacer algo!” y políticos que gritan “estamos haciendo algo!”, nada realmente se está haciendo. Necesitamos desarrollar más presión en conjunto con los científicos y ser “un grano en su trasero” para señalar que lo que están diciendo y lo que están decidiendo son puras tonterías. “Puedes argumentar y estipular lo que quieras, querido político, pero no puedes negar los hechos y las leyes de la naturaleza que demuestran otro contenido que tus palabras.” Las leyes naturales no son leyes por las que se pueda votar, no existen sesiones parlamentarias ni juzgados que decidan en caso de duda por el acusado. Con la naturaleza no se puede negociar. Estos son los hechos, puros y duros. Y los hechos no son suposiciones o estipulaciones, sino valores concretos de medición. Nuestra actitud es más una actitud de la ignorancia bajo el lema de: “no podemos hacer nada de todos modos…” Lo que necesitaríamos son “días festivos climáticos” en los que nos quedaríamos en casa y así emitiríamos mucho menos CO2. Así como 4 o 5 días de “festivos climáticos”. Uno para la atmósfera, uno para los ríos, otro para los mares, otro para los bosques, etc. etc. Recuerdo los años 70 cuando en Suiza y Alemania existían los domingos sin coches, impulsada esta medida por los precios altos del petróleo. Hoy en día deberíamos tener estos días climáticos porque el precio de la naturaleza es demasiado alto. El precio que estamos pagando por explotar la naturaleza hasta los huesos es tan alto, que nos deberíamos plantear NO HACER NADA. Sería un día sin movilidad en el que nos quedaríamos en casa y disfrutaríamos de nuestros balcones, terrazas y jardines, descubriríamos valores olvidados de la convivencia. Quién sabe, tal vez dispararía el coeficiente de natalidad… Una reflexión añadida es que la política de todos los países industrializados vive de los modelos de crecimiento, y esto en si ya es una locura absurda. Noticia de última hora: los países en la periferia de la Unión Europea no generan el crecimiento suficiente para generar puestos de trabajo (hay que saborear esta frase…). Si al final solo se trata de tener crecimiento económico para que la gente pueda trabajar, entonces el modelo completo es erróneo. Esta concepción de que crece y crece y crece y crece, es una locura y no puede funcionar. Todos los que reflexionan de manera sensata llegan a esta conclusión. Así mismo, en la política y en la economía solo se habla de crecimiento. Lo fatal no es lo que la naturaleza haga con todo esto, sino mucho más, lo que nosotros hagamos con los conflictos que resultan de todo esto. Pues la humanidad dispone de posibilidades de destruirse a sí mismo. La naturaleza se organiza y se recupera por sí mismo sin la intervención del ser humano. Pero ahí mismo se localiza el problema. El comportamiento del ser humano depende mucho de la información que tenga a disposición. La ciencia necesita tener mucho más impacto en la sociedad y así imponer más presión a los órganos legislativos y ejecutivos. Extracto de la entrevista con Harald Lesch, Astrofísico alemán. Traducción: José A. Díaz Escaparse del estrés?!
Quién no quiere escaparse de vez en cuando del estrés?! Una muy buena posibilidad, escapar del estrés consiste en buscar conscientemente el silencio. Con el silencio se calman los pensamientos, vuelves a tu centro y vemos las cosas más claras. Con esta historia llegamos al fondo de la cuestión…: Un día, unos viajeros visitaron a un eremita y le preguntaron: “Qué sentido ves en tu vida de silencio y meditación?” El monje estaba ocupado con jarrear agua de una profunda fuente. Se dirigió a los visitantes y les dijo: “Mirad a la fuente. Qué veis?” La gente echó un vistazo al agua: “no vemos nada!” Poco después el monje invito a la gente de nuevo: “Mirad a la fuente! Qué veis ahora?” La gente volvió a mirar el agua en la fuente: “Sí, ahora nos vemos a nosotros mismos!” El monje dijo: “Pues, cuando antes saqué el agua, ésta estaba revuelta. Ahora está calma. Esta es la experiencia del silencio y de la meditación: uno se puede ver a si mismo!” Unos instantes más tarde el monje les dijo: “Mirad ahora en la fuente. Qué veis?” La gente volvió a echar un vistazo: “ahora vemos el fondo de la fuente.” Entonces el monje explico: “Esta es la experiencia del silencio y de la meditación. Si sabes esperar lo suficiente, ves el fondo de todas las cosas.” Permítete estos momentos de silencio en tu día a día y vuelve siempre de nuevo a tu respiración y a tu centro. Más que un placer – es una responsabilidad y una obligación hacia la vida, hacia la energía vital, hacia la consciencia. Es hora de despertar – comienza a ser útil! Namaste José A. Díaz El aspecto del futuro en el Yoga está estrechamente relacionado con el Karma impuesto. Lo que va a ocurrir en el futuro está en directa relación con nuestros actos pasados y actuales.
Nosotros mismos somos responsables de lo que sucede. Debemos crecer y desarrollarnos en línea con nuestras experiencias. Nada ocurre sin un sentido supremo. La filosofía del Yoga parte de la tesis, que después de la muerte física siguen existiendo las “capas” sutiles como: Pranamaya Kosha (capa energética) Manomaya Kosha (capa espiritual y emocional) Vijnamaya Kosha (capa intelectual) y Anandamaya Kosha (capa del gozo) Y que solamente se deshace Anamaya Kosha (capa de nutrición), habiendo cumplido con su propósito en esta encarnación y de esta manera el alma pueda buscar un nuevo cuerpo para reencarnar. Parcialmente ciertas características de las capas sutiles se llevan a la nueva existencia. En los Upanishads (más de 200 libros sagrados hinduistas escritos entre el siglo VII y X a.C.) explican: “todo esto es verdaderamente Atman. La unidad, la felicidad del Ser vive en todos los seres. La unión espiritual de toda la humanidad es una lección importante para todos los seres humanos. Lo que fue y lo que será es verdaderamente el único Ser eterno.” Vive en el presente. Olvídate del pasado y abandona la esperanza del futuro. No le des vueltas a los errores y los fracasos del pasado. Estos solamente llenarán tu espíritu con lástima, sufrimiento y depresión. No los repitas en el futuro. No se puede repetir suficientemente la importancia que tiene la respiración, no solamente en las prácticas del Yoga y otros trabajos energéticos, sino que también en nuestro día a día.
El "Prana" (la energía vital) está siempre allí donde está nuestra atención. Consecuentemente también la respiracíon está allí - en esa zona física - donde está nuestra atención. Si estamos permanentemente dándole vueltas a los problemas, a las preocupaciones y los temores, generamos inconscientemente un bloqueo energético en las zonas superiores, como los hombros, las cervicales y la cabeza. Respiramos de manera superficial o "incompleta", alimentando siempre de nuevo - e innecesariamente - este bloqueo. Si quieres sentirte equilibrada, enraizada y con confianza, traslada la respiración hacia tu centro, el plexus solar y el ombligo. Practica la respiración abdominal y dedícale toda tu atención. Practica 15 min. por las mañanas y 15 min. por la noche. Constancia y disciplina son factores importantes en la práctica. Recuerda - la energía está siempre allí donde está tu atención. Namaste Jose A. En Berlín, Boston o Bangalore, en la universidad de Harvard o Humboldt: los científicos superan sus resistencias y el arte ancestral del Yoga está cada vez más en tela de juicio. Desde que hace años los institutos de salud de los Estados Unidos (NIH) autorizaran dinero público para la investigación del Yoga, se produjo una verdadera avalancha. Entretanto, Pubmed, un banco central de datos de la investigación médica, alista más de 2000 publicaciones acerca del Yoga con sus tres pilares: la técnica de respiración (Pranayama), los ejercicios físicos (Asanas) y la meditación.
Originariamente la enseñanza era un camino puramente espiritual hacia la iluminación, logrado solamente por la meditación, la disciplina “real” de la introspección. La técnica de respiración y las posturas físicas servían meramente como recurso en este camino. Con el paso del tiempo los Yoguis reconocieron que “la vela, el pino y el arado...” favorecen el bienestar. Uno de los recientes estudios demuestra que la meditación diaria de 30 minutos, durante ocho semanas, consigue un notable cambio en los cerebros de hombres y mujeres extremamente estresad@s. La densidad de las células grises había aumentado notablemente. Aparentemente la gente estresada puede transformar el rendimiento cognitivo, la memoria y el control emocional a través de la meditación. Otros estudios demuestran que la meditación reduce el típico decrecimiento geróntico de la corteza cerebral frontal. Los Yoguis llaman a este fenómeno “Pratyahara” o la retracción de los sentidos. El soltar las historias y los pensamientos que giran en la mente. Docenas de estudios han demostrado que la meditación aumenta los factores “suaves” como el bienestar, la calidad de vida y la compasión e incluso actúa como un muro de contención contra la demencia. Cada vez está más claro: no hay nada más eficaz que la meditación, la técnica de respiración y los ejercicios físicos, para reducir el estrés, la maldición de nuestra vida moderna. Para lograr un efecto óptimo es necesario trabajar con precisión, constancia y disciplina. De esto se trata. Entretanto los datos se compactan tanto que los investigadores hablan de “un gran potencial”, de “un remedio con un espectro de efecto sorprendentemente amplio”. El estrés crónico desencadena el sistema nervioso vegetativo con la consecuencia de permanente impaciencia obsesionante. Una situación destructiva para el cuerpo y la mente. Si aumenta, descarrila el sistema regulatorio y la activación de los genes se transforma de manera desfavorable. El estrés es neurotóxico. Consecuencia: depresión, miedo, adicción, inflamación crónica, enfermedades intestinales, artritis, nivel de glucemia elevado. Hasta un 80% de todas las enfermedades aparecen a causa del estrés y un estilo de vida insano. El Yoga disminuye el nivel de las hormonas de estrés, como el Cortisol, en la sangre y también reduce las sustancia inflamatorias. Las personas que han practicado Yoga durante dos años muestran tener menos Interleukina-6 en su cuerpo y reaccionan mucho menos a las hormonas de estrés. Según conocimientos actuales, el Yoga es el método más eficaz contra dolores crónicos de espalda y nuca y es muy eficaz contra la migraña. Otros experimentos de la universidad de Dresden demuestran que el fuerte estiramiento del huso muscular cambia la variabilidad del latido del corazón, con otras palabras, calma el corazón, un claro indicador de relajación. Cuanto más rápido pueda acelerar y desacelerar el corazón ante el estrés, más sano es el individuo. El Yoga – según los investigadores – incrementa esta variabilidad. La constante sobrecarga del sistema se reduce claramante. Es una interrelación de diferentes factores biológicos los cuales otorgan al Yoga un abundante espectro de rendimiento. Estudios norteamericanos han demostrado que con la práctica de Yoga, los altos niveles de tensión arterial fueron reducidos y normalizados hasta un nivel en el que los participantes del experimento pudieron reducir su medicación notablemente. “Si tuviésemos en el mercado una medicación similarmente eficaz, sería una sensación. Cada uno de los tres pilares del Yoga – meditación, ejercicios y respiración puede ser saludable, pero juntos son imbatibles.” (Prof. Michalsen, University of Washington, Seattle) A largo plazo la reacción inconsciente en cuerpo y mente transforma la bioquímica y crea una especie de bloqueo ante el impacto negativo de las hormonas de estrés. Hace poco los científicos de la Duke University de Norh Carolina aconsejaron aplicar el Yoga en casos de distorsión de atención (ADHS). Este gran estudio, que incluso consiguió llegar a las noticias, convenció de tal forma, que el Yoga es aconsejado como terapia complementar en casos de esquizofrenia y la enfermedad popular, la depresión. ¿No es esto fantástico? Una regulación consciente de la respiración fomenta la sensibilidad ante los procesos físicos y anímicos. La respiración es considerada como eslabón intermediario entre los procesos mentales y físicos. Respira de manera suave y calma. Todo el mundo puede practicar, no tiene ningún peligro y 20 minutos al día son suficientes para aprender la técnica. El hecho que los ejercicios de respiración producen una sensación agradable de paz interior es indiscutible. La respiración es la puerta de entrada hacia el mundo interior del ser humano. El Yoga no puede sustituir a la medicina, pero a veces la medicación, y además el Yoga puede asistir de manera efectiva a los gravemente enfermos. El Yoga nos enseña a curar lo que no necesariamente tenemos que soportar y a soportar lo que no se puede curar. Namaste Jose A. Díaz (fuente: GEO, Jun13) |