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Tantra - el camino rebelde
El camino tántrico es un camino rebelde. No pasa por el ascetismo, sino por la sensualidad y la aceptación. En sus rituales, Tantra utiliza la inmensa fuerza de la sexualidad para la transformación espiritual.
Los tántricos denominan a sus textos “el quinto Veda”. Sus ritos y conceptos en realidad han remplazado al sistema védico, entonces totalmente arcaico, como trama sustentadora de la vida india. La tradición tántrica representa una síntesis creadora de las filosofías arias y las nativas de la India. Su profunda penetración psicológica y osadas técnicas espirituales le confieren peculiar interés para el psicoanalista. Es un cuerpo de textos, comparativamente recientes, considerados como directamente revelados por Siva, como escrituras específicas del Kali-Yuga, “el Veda de la Edad de Hierro”, la cuarta edad del mundo o época actual.
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El Tantra puede tener sus raíces en suelo preario, dravídico. Es de notar que Siva, el Dios universal y consorte de la Diosa (que guarda con respecto a ella la misma relación que la eternidad con respecto al tiempo) es también el Señor Supremo del Yoga.
La raíz de la palabra sanscrita Tan significa expandir, desplegar, aumentar, tejer, telar, sistema, ritual, doctrina. Tantra fue y es un camino inconformista y rebelde de la liberación. Los Tantra, por su divinidad asociada, se dividen en tres categorías principales: Seiva-Agamas (devotos de Siva), Vaisnava-Agamas (devotos de Visnu o Panacharata) y Sakta-Agamas (devotos de Shakti). Los adeptos sakta pretenden que sus tantra [es decir, sus “libros”] contienen la esencia misma del Veda (…) Como los hombres ya no tienen la capacidad, la longevidad y la fuerza moral, requeridas para realizar el Karma-kanda Váidika [la sección ritual del Veda], el Tantra Sastra prescribe una Sa’dhana [disciplina religiosa] propia para lograr el fin común de todos los Sastra, esto es: una vida feliz sobre la tierra, el Cielo después, y finalmente la Liberación. El desarrollo del tantrismo favoreció el retorno de la figura de la Diosa Madre de los muchos nombres como elemento predominante del hinduismo popular, en el que se la llamaba Devi, Durga, Kali, Parvati, Uma, Sati, Padma, Candi, Trípura-súndari, etc., cuyo culto, arraigado en el pasado neolítico había sido eclipsado durante unos mil años por las divinidades masculinas del panteón patriarcal ario. La Diosa comenzó a imponerse nuevamente en el período de las últimas Upánisad. Hoy es nuevamente la principal divinidad. Todas las esposas de los diferentes Dioses son sus manifestaciones, y, como Sakti o “poder” de sus maridos, representan la energía que los ha manifestado. |
Existe un Tantra budista y un Tantra hinduista. De la fuente abundante del Tantra se inspiraron, entre otros, el budismo Zen, los Sufis y el Daoismo. Tantra se desarrolló durante innumerables generaciones, es cosmopolita y reúne en si el conocimiento de la medicina, astrología y astronomía, Yoga, trabajo energético, meditación, arte, filosofía, psicología espiritual, sexualidad y espiritualidad, alquimia, Yantra y Mantra, música etc.
Tantra no excluye a nada. La casta no es un requisito en la iniciación tántrica. Se adaptó a las culturas, al lugar y al tiempo. Las múltiples escuelas que así se formaron, a menudo se diferencian en pocos detalles. Pues todas ellas tienen el mismo fundamento, los Veda. En lo que toca a su competencia y aspiración espiritual, los Tantra trascienden los límites de la diferenciación social y biológica. Artha (la prosperidad), kama (el cumplimiento de los deseos sensuales), dharma (la ejecución de los ritos morales y religiosos de la vida cotidiana, aceptando la carga de todos los deberes), y moksa (la liberación con respecto a todos ellos) son uno solo. |
El yogin vedantino nunca se cansa de afirmar que el kaivalya, el “aislamiento-integración”, solo puede obtenerse alejándose del atractivo del mundo, causa de nuestras distracciones y adorando con atención concentrada el Brahman-Atman; para el tántrico, en cambio, esta idea resulta patológica, como efecto erróneo de cierta enfermedad del intelecto. El verdadero amante de la Diosa no desea meramente buscar la liberación; ni siquiera llegar a ella. Porque, ¿de qué sirve la salvación si significa absorción? Me gusta comer azúcar - como decía Ramprasad -, pero no tengo deseos de convertirme en azúcar…¡Que busquen la liberación quienes sufren los inconvenientes del samsara!
El devoto perfecto no sufre; porque puede visualizar y experimentar la vida y el universo como la revelación de esa suprema fuerza divina (Sakti) de la que está enamorado. El Ser divino omnicomprensivo en su aspecto cósmico de juego (lila) sin finalidad, que precipita el dolor tanto como la alegría, pero que en su beatitud trasciende a ambos, está lleno de la locura sagrada de ese “amor extático” (preman) que transmuta el universo. Este mundo es una morada de alegría; aquí puedo comer, beber y divertirme [the gospel of Sri Ramakrishna, p.169]. ¿Qué relación tiene Tantra con el occidente? Quisiera explicarlo con una imagen. Una persona conduciendo un carretón de burros en su camino, se distingue – naturalmente – mucho de nosotros, que vamos a toda velocidad por la autovía. Pero algo tenemos en común: nuestro cuerpo, el templo del alma y del espíritu. Este concepto del Tantra puede servirnos en occidente como apoyo e indicador. Según el Tantra existen siete centros energéticos principales: los Chakra. Toda la capa energética se compone de unos 72.000 Nadi (conductos energéticos). Tres Nadi principales – el conducto lunar (Ida), el conducto solar (Pingala) y el conducto de fuego (Susumna) – situadas en o cerca de la espina dorsal desde el perineo hasta la coronilla. A lo largo del conducto central (Susumna) se encuentran los siete Chakra y otros centros energéticos. |
Tradicionalmente los Chakra se ilustran como flores de loto que se orientan – según su actividad – hacia arriba o hacia abajo y que albergan diferentes atributos, cualidades, elementos, energías, divinidades o estados de conciencia. A cada centro energético se atribuyen los temas de la vida específicos: la fuerza vital y la voluntad, el miedo y su gestión, la sexualidad y la erótica, el amor, el poder y la creación del propio camino de vida, las emociones, la muerte y la transformación, etc.
El camino en el Tantra conduce al ser humano a través de todos los aspectos de la vida, pues Shakti (la energía femenina, el principio dinámico de la eternidad), en Muladhara-Chakra, tiene un gran deseo de ascender y de unirse con Siva (la energía masculina, aspecto estático activado) en Sahasrara-Chakra, el centro allende la dualidad, el policromo loto de mil pétalos, en la coronilla. Aquí la Sakti - a quien debemos pensar como habiendo ascendido por todos los lotos de la susumna, despertando y haciendo florecer cada loto a su paso - se une a Siva en una unión que simultáneamente realiza y disuelve los mundos del sonido, la forma y la contemplación. A veces la Corriente Espiritual se eleva por la espina dorsal arrastrándose como una hormiga -decía Ramakrishna a un grupo de amigos íntimos. A veces, en el samadhi, el alma nada alegremente en el océano del éxtasis divino, como un pez. A veces, cuando estoy acostado de lado, siento que la Corriente Espiritual me empuja como un mono y juega conmigo alegremente. Me quedo quieto. Esa corriente súbitamente alcanza de un salto el sahasrara. Por esa razón me veis saltar de golpe… A veces, también, la Corriente Espiritual se eleva como un pájaro que salta de rama en rama. El lugar en el que se posa, se siente como un fuego. Puede saltar del muladhara al svadhisthana del svadhisthana al corazón y de allí, generalmente, a la cabeza. |
A veces la Corriente Espiritual sube como una serpiente. Moviéndose en zigzag llega finalmente a la cabeza, y entonces entro en samadhi.
La conciencia espiritual del hombre no se despierta a menos que se excite su Kundalini. La Kundalini mora en el muladhara. Cuando se despierta recorre el conducto sushumna, pasa por los centros del svadisthana, el manipura, etcétera, y al final llega a la cabeza. Esto se llama el movimiento del Mahavayu, la Gran Corriente Espiritual. Culmina en el samadhi.
Nuestra conciencia espiritual no se despierta con la mera lectura de libros. Hay que rogar a la fuerza divina. La Kundalini despierta si el aspirante siente inquietud con respecto a Dios. ¿De qué sirve hablar de conocimiento basándose en meros estudios y saber de oídas? Justamente antes de alcanzar este estado mental se me reveló cómo se despierta la Kundalini, cómo florecen los lotos de los diferentes centros y cómo todo esto culmina en samadhi. Se trata de una experiencia muy secreta. [The Gospel of Sri Ramakrishna, traducido, con introducción, por Swami Nikhilananda]
La conciencia espiritual del hombre no se despierta a menos que se excite su Kundalini. La Kundalini mora en el muladhara. Cuando se despierta recorre el conducto sushumna, pasa por los centros del svadisthana, el manipura, etcétera, y al final llega a la cabeza. Esto se llama el movimiento del Mahavayu, la Gran Corriente Espiritual. Culmina en el samadhi.
Nuestra conciencia espiritual no se despierta con la mera lectura de libros. Hay que rogar a la fuerza divina. La Kundalini despierta si el aspirante siente inquietud con respecto a Dios. ¿De qué sirve hablar de conocimiento basándose en meros estudios y saber de oídas? Justamente antes de alcanzar este estado mental se me reveló cómo se despierta la Kundalini, cómo florecen los lotos de los diferentes centros y cómo todo esto culmina en samadhi. Se trata de una experiencia muy secreta. [The Gospel of Sri Ramakrishna, traducido, con introducción, por Swami Nikhilananda]
Tantra aspira a la unión, a fundirse, a la integridad absoluta. Existen distintas maneras de andar este camino alquimista. El Tantra blanco (también diestro) actúa a nivel físico-energético, Yoga a nivel energético-introspectivo, el Tantra rojo (también zurdo) a nivel físico, sexual, energético y espiritual.
En el ritual del Tantra rojo, nuestro cuerpo carnal representa el templo de la energía divina. La mujer es la vasija para la Diosa Sakti, que es pura energía, y el hombre se convierte en el Dios Siva, que es pura consciencia. Su unión sexual es la personificación del proceso intrínseco alquimista, la compenetración de Sakti y Siva, femenino y masculino, energía y consciencia, tan dentro como fuera. El placer del amor, el placer del sentimiento humano, son la gloria de la Diosa en su danza que produce el mundo, la gloria de Siva y de su Sakti en su eterna realización de la identidad, pero solo tal como se efectúa en el modo inferior de la conciencia del ego. La criatura pasional no tiene más que borrar su sentido del yo, y luego, el mismo acto que antes era una obstrucción, se convierte en la barca que lo lleva a la realización de la beatitud absoluta (ananda). “Al Sadhaka (el estudiante tántrico) - escribe Sir John Woodroffe - se le enseña a no pensar que somos idénticos a lo Divino en la Liberación solamente, sino aquí y ahora, en cada acto que realizamos. Porque de verdad todo eso es Sakti. Es Siva que como Sakti actúa en y a través del Sadhaka (…) Cuando esto se ha captado en cada función natural, cada ejercicio de ella deja de ser un mero acto animal y se convierte en un rito religioso. |
El proceso de la compenetración cambia tu conciencia. Solo tú mismo lo puedes experimentar y entonces sabes. Todo lo demás es teoría vacía o fantasía sugerente. Por esto que el Tantra se enseña a través de la práctica. La teoría es útil como indicador, pero es la experiencia que nos enriquece.
Comprendemos Tantra como la creación que se define siempre de nuevo, eternamente subsistente, siempre transformador, así como los principios de la creación (Brahma), de la conservación (Visnu) y de la disolución (Siva). En el tantrismo, el sexo tiene un papel altamente simbólico. El santo temor de las incontrolables fuerzas de la naturaleza humana y la consiguiente estricta resistencia a los instintos y energías animales, que caracterizan la historia común del hombre desde el tabú más primitivo hasta el más reciente tratado de moral, pueden explicarse como resultado y residuo de devastadoras experiencias sufridas por la especie humana en el pasado y como producto marginal de la triunfante lucha histórica en pro de la independencia de un principio espiritual superior y “más puro”. En el Tantra es posible adorar a la Creadora del Mundo utilizando sus propios procedimientos, pues el coito (máithuna), que constituye su más alto rito sagrado, no se realiza con el espíritu del pasu (el “ganado”, el animal humano del rebaño, que desea, teme y goza de la manera animal y humana usual), sino del vira (“héroe”) que se sabe idéntico a Siva. Como fruto del rito, pues, nos liberamos de la ilusión, y esta liberación es el más alto don de Kali, la oscura y hermosa Diosa Bailarina del Crematorio. Para nosotros occidentales el Tantra podría significar: tomarse el tiempo para reflexionar sobre los tabúes y los miedos, llegar a su propio ser, traer la conciencia al “templo” (el cuerpo), purificar los cinco sentidos, abrirlos y sensibilizarlos. Sentir sus propios límites, la piel, el cariño, el contacto, la aceptación. Abrir el cuerpo físico y sutil con Yoga, Pranayama e introspección y mimarlo con más energía, con Prana. |
¿Por qué debería ocuparme con la sensualidad y la sexualidad si aspiro a adquirir y profundizar el conocimiento? La sexualidad, como sabemos, es una enorme fuerza, su potencial energético está almacenado en los ovarios y testículos. Esta fuerza, que quiere unirnos, puede hacernos ebrios de felicidad y amor, encantar y embriagarnos y conducirnos al misterio. Puede hacer bailar a las hormonas, inspirarnos a poesías y melodías de amor.
Tantra utiliza esta energía como fuerza motriz para el proceso de transformación. Un viaje de exploración del propio placer y – a la vez – una reprogramación de las costumbres intimas, que no quedará sin enfrentamiento relacionado a los retos que nos esperan en el camino. Dependiendo de los Chakra, estos retos son distintos. En los tres Chakra inferiores (Muladhara, Svadhisthana, Manipura) pueden surgir las emociones de envidia, celos, cobardía, u odio. Señales de la obcecación que te plantea ante el aprendizaje de cómo las aceptas, gestionas y transformas. Aunque el objetivo es el mismo, cada uno tiene la libertad de elegir el propio camino conveniente. Esta libertad no significa un rechazo de todas las reglas universales, sino una realización positiva que despierta a la alegría, para que el conocimiento universal se convierta en auto conocimiento. En el “tejido” tántrico existe un específico entrelazamiento de los sentidos, elementos, colores, formas, cualidades, mantra y chakra. Un ejemplo: el sentido del olfato – tierra – amarillo – cuadrado – sólido – estable – evidente – Lam – Muladhara. |
En este caso, un específico olor te puede conducir a niveles más profundos de conciencia, actuar de forma sanadora y facilitarte una sensación de enraizamiento profundo. Tantra se orienta plenamente en la práctica. Enciende la antorcha e ilumina el camino hacia lo místico, entre lo finito e infinito, entre el individuo y el cosmos. [Sri Sri Anandamurti]
Esto es la base que permite que la caricia de tu pareja pueda ser tan cariñosa, capaz de abrir tu corazón y hacerte sentir el hálito de la Diosa del amor. El ritual es una forma establecida en consentimiento común de dedicar la energía erótica y sexual al proceso de la transformación espiritual. El ritual es, sin duda, uno de los componentes más importantes del Tantra. A través de la forma, el acto se torna consciente y adquiere así más calidad. El ritual consiste en crear y desarrollar la capacidad común de sostener la energía exactamente, de conducirla y transformarla.
Es una forma, una puerta, por la que accedes a otro mundo espiritual. Pero eres tú quien puede abrir la puerta. Esta puerta de la transformación para mí es el amor, el Loto del corazón.
Aunque la Kundalini brille como un relámpago en el Muladhara de cada ser, es en Anahata, el Loto del corazón del Yogin/de la Yogini, donde se despliega, donde te toca y comienza a bailar. [Sir John Woodroffe: la fuerza de la serpiente – el despliegue de la fuerza creadora en el ser humano]. Los estudios de Sir John Woodroffe son de los más importantes que se hayan publicado acerca del Tantra.
Amor significa dar alas a quien quiera volar, dar la bienvenida a los sentimientos, soltar las acusaciones y así, reconocer al otro y a sí mismo como ser autónomo. Sentir la sensación sanadora de la aceptación y del perdón, inspirar profundamente y suspirar en la dulce sensación de satisfacción, serenidad y compasión. Amor también significa sonreír a tu Dios o Diosa interior desde lo más profundo de tu corazón. Abrir los ojos y percibir con el corazón, aquel lugar dentro de ti, donde todo el Universo se refleja.
José Antonio Díaz Luis
Murcia, en Agosto 2021
Fuentes:
Las filosofías de la India - Heinrich Zimmer
The Gospel of Sri Ramakrishna, traducido, con introducción, por Swami Nikhilananda]
Esto es la base que permite que la caricia de tu pareja pueda ser tan cariñosa, capaz de abrir tu corazón y hacerte sentir el hálito de la Diosa del amor. El ritual es una forma establecida en consentimiento común de dedicar la energía erótica y sexual al proceso de la transformación espiritual. El ritual es, sin duda, uno de los componentes más importantes del Tantra. A través de la forma, el acto se torna consciente y adquiere así más calidad. El ritual consiste en crear y desarrollar la capacidad común de sostener la energía exactamente, de conducirla y transformarla.
Es una forma, una puerta, por la que accedes a otro mundo espiritual. Pero eres tú quien puede abrir la puerta. Esta puerta de la transformación para mí es el amor, el Loto del corazón.
Aunque la Kundalini brille como un relámpago en el Muladhara de cada ser, es en Anahata, el Loto del corazón del Yogin/de la Yogini, donde se despliega, donde te toca y comienza a bailar. [Sir John Woodroffe: la fuerza de la serpiente – el despliegue de la fuerza creadora en el ser humano]. Los estudios de Sir John Woodroffe son de los más importantes que se hayan publicado acerca del Tantra.
Amor significa dar alas a quien quiera volar, dar la bienvenida a los sentimientos, soltar las acusaciones y así, reconocer al otro y a sí mismo como ser autónomo. Sentir la sensación sanadora de la aceptación y del perdón, inspirar profundamente y suspirar en la dulce sensación de satisfacción, serenidad y compasión. Amor también significa sonreír a tu Dios o Diosa interior desde lo más profundo de tu corazón. Abrir los ojos y percibir con el corazón, aquel lugar dentro de ti, donde todo el Universo se refleja.
José Antonio Díaz Luis
Murcia, en Agosto 2021
Fuentes:
Las filosofías de la India - Heinrich Zimmer
The Gospel of Sri Ramakrishna, traducido, con introducción, por Swami Nikhilananda]
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