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Descubrir, comprender, sentir...
Kerala se ha convertido en nuestro "segundo hogar". Una estrecha franja de la costa oeste de la India, donde el mundo todavía está en orden. Sin embargo, este año nos esperaba alguna aventura más.
En Bodh Gaya celebramos la 34ª edición del encuentro budista para la paz mundial. Un mega evento que atrae a miles de monjes/monjas de todas las ramas budistas para centrar la atención en este propósito importante. Calcuta nos permitió experimentar las consecuencias de la indiferencia urbana con toda la crueldad que un corazón (occidental) es capaz de soportar. El espíritu compasivo de Madre Teresa se necesita como en ningún otro lugar... El Golfo de Bengala y su metrópolis Chennai, rebosante de esplendor arquitectónico, multicultural y bien organizada nos enseña la manera de gestionar las urgencias humanas. Todo depende de la voluntad y la iniciativa de los órganos sociales. Pondicherry y su "charme" nos enamoró. Gente culta, atenta y sensible y paisajes de ensueño. Los colonialistas franceses dejaron su huella en las estructuras de la ciudad y sus bistrós y cafés ofrecen (posiblemente) los mejores postres de este Universo!!! Las extensas playas del sur, hacia Varkala, casi te roban el aliento por su belleza, sus colores y los aromas de su entorno. Ni siquiera hemos llegado a casa (sanos y salvos - gracias a Dios) y ya echamos de menos a toda esa belleza. Volveremos! Es una promesa! |
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